Emprender un sueño siempre implica tener un sueño algo propio , y eso significa , de alguna manera , tenerse a si mismo.
Actualmente , si tenemos en cuenta el volumen de información que nos acosa habitualmente a la mayoría de las personas, y, si tenemos en cuenta además, que como personas, también necesitamos sopesar, atender, evaluar, discernir, concretar, entender , decidir, realizar, imaginar, etc.., nuestra propia vida, se entiende perfectamente que:
Dedicando el tiempo a que pasen las imágenes que otros quieren que pasen por la mente, dedicando el tiempo a oír las palabras que otro quiere ,, y , lo más importante, lo más crucial, dedicando el tiempo a sentir las emociones que otro quiere que se sientan, es totalmente imposible conducirse a si mismo, esto es , comportarse educadamente en la propia vida.
La sintonización con el sueño de otro se produce mediante imágenes, palabras , sonidos, sensaciones, sentimientos y emociones, de otro, así, ya que los sueños son ante todo visiones, la visión del sueño de otro, enfoca al futuro de otro, o lo que vendrá, a lo “tele”,
Por eso, la sintonización se produce mediante la tele-visión.
Cuando tu emprendes tus propios sueños o deseos, ya que emprendes en el mundo físico, te comportas en el mundo físico, te comportas en tu sueño, esto es , vives tu sueño, y en cambio, cuando no emprendes tus propios anhelos o sueños, estas dentro del sueño de otro.
Aunque, cualquier persona con salud, sabe, que , hoy en día, la TELEVISIÓN del sueño de otro, no se puede llamar sueño de otro , ya que es PESADILLA de otro, lo cual ya es mucho peor.
Joan Baldomà Cases
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